JESÚS Y LA PALABRA DE DIOS.
“Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz,
y más cortante que toda espada de dos filos;
y penetra hasta partir el alma y el espíritu,
las coyunturas y los tuétanos,
y discierne los pensamientos
y las intenciones del corazón.
Y no hay cosa creada que no sea manifestada
en su presencia; antes bien todas las cosas
están desnudas y abiertas a los ojos
de aquel a quien tenemos que dar cuenta.” Hebreos 4:12-13.
En todos los pasajes de la Biblia observamos el poder que tiene y significa la Palabra de Dios, porque es viva y eficaz, es decir, nos ayuda a nuestra transformación una vez que nacemos de nuevo; no hay un área interna de cada uno de nosotros que la misma Palabra de Dios no esté presente. La Palabra estará presente y escudriñará todo nuestro ser, hasta sanar y restaurar nuestras vidas, está viva y es eficaz, es efectiva para todos aquellos que crean y reciban a Cristo como su salvador.
Pero deberíamos de preguntarnos qué influencia tuvo sobre el Hijo de Dios hecho hombre, “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” San Juan 1:14. Él es la Palabra, es un hombre celestial; era diferente a nosotros, pero nació y creció como uno de nosotros, un hombre de carne y hueso; la Palabra de Dios está unida a la vida, y la vida está unida a la Palabra de Dios, Jesús es la Palabra y es Espíritu. Él es la Vida, la vida y la Palabra están en Él.
Él dijo -Yo soy la Vida- y -yo soy el camino-, el Verbo es la Palabra, es Jesús. Jesús fue engendrado por la Palabra, el ángel vino a María y le presentó la Palabra a ella y esperó una respuesta, debe de haber una respuesta de nosotros hacia Dios. El ángel le dijo a esa joven virgen -vas a tener un hijo- y hubo una respuesta de parte de ella . “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra”- Lucas 1:38. Jesús fue engendrado por la misma Palabra de Dios; y esto tiene que acontecer con nosotros en nuestro nuevo nacimiento, debe de ser plantada la Simiente de Dios, la Palabra en nosotros.
El Señor Jesús fue llevado al desierto y tentado, y el usa el poder de la Palabra de Dios, el Cristo de la gloria se sujeta a la Palabra para poder derrotar los poderes de las tinieblas.
El diablo lo tentó y espero la respuestas de Jesús “Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan”(Lc 4:3), y él respondió “Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”(Mt.4:4). Hubo una respuesta de Jesús, la Palabra de Dios, la cual es viva y es eficaz; ayuda a las transformaciones que deben de ocurrir en nuestras vidas, ayudan a mantener la vida en nosotros y ayudan a retroceder los poderes de las tinieblas en las regiones celestiales.
Adán fue creado del polvo pero Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza..,”(Gen.1:26) y le soplo el espíritu de vida; lo plantó en el Edén y le dijo -no comerás del árbol del conocimiento del bien y del mal, y hubo una respuesta de Adán, desobedeció a Dios, no usó la palabra y actuó independientemente de Dios, pecó. Esto puede suceder con nosotros en nuestro caminar con Cristo, el diablo va a tratar de romper la unidad que hay entre el Espíritu Santo y nosotros.
Es por esto que Jesús nos enseñó durante su caminar como hombre que debemos de estar sujetos a la Palabra como él lo hizo, y se mantuvo como el Hijo de Dios y como el hombre celestial que es. Cristo cumplió toda la Palabra durante su vida, y nosotros debemos de cumplirla también, Pedro dice “siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre.”1ª Pedro 1:23. Esa palabra de Dios, es la simiente, Cristo plantado en nosotros, la vida en nosotros, es decir, la misma Palabra de Dios actuando en nosotros, acuérdate, hermano, es viva y eficaz.
Uno no puede decir que es hijo de Dios y tener fe, si no está sujeto a la Palabra, si la Palabra no está en uno; es decir, debes de estar sujeto a la Palabra, cumplirla, vivirla, para poder decir que Cristo está en uno. Él estuvo sujetó a la Palabra por medio del Espíritu Santo, y lo mismo debe de ocurrir en nosotros, el Espíritu le da vida y poder a la Palabra, no podemos separarla, decir que estamos sujetos a la Palabra y no obedecemos al Espíritu, significaría que no hay vida y no sería eficaz, esto le está pasando hoy en día a muchas personas, están predicando una palabra sin la Unción del Espíritu Santo, una palabra muerta.
El Señor Jesús dijo “Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”Juan 6:63; porque el Espíritu es vida y es una persona de la Trinidad; y si estamos bajo el gobierno de la Palabra y del Espíritu Santo, el diablo no puede engañarnos, tratará de romper la unidad con Cristo para que actuemos como Adán y Eva, para que entre la muerte y el caos en nosotros, para que la Palabra no tenga poder de transformación y pierda su eficacia. Podemos ver al hombre celestial (Cristo), la Palabra y el Espíritu Santo gobiernan todo. No debemos ser gobernado por la letra y nuestro yo hermanos, debemos de morir a nuestro yo y estar bajo el Señorío de Cristo, para poder tener dominio sobre todas las cosas espirituales y las tinieblas puedan ser impactadas por el poder de la la Palabra de Dios, que permanece para siempre. Si somos gobernados por la letra, perdemos, hermanos, la pura letra y conocimiento puede matar al espíritu, y el diablo se sale con la suya y no se lo podemos permitir, debemos de ser hijos de Dios, obedientes y permitir que el Espíritu Santo a través de la Palabra nos transforme, sea viva y eficaz. La Palabra es inspirada por el Espíritu Santo y es lo que la Palabra de Dios debe ser, tiene poder, hermanos; todo el universo fue creado por la Palabra de Dios, la cual está viva y es eficaz, Hebreos 11:3; no le quitemos nosotros este valor.
En nosotros como creyentes, debe haber un crecimiento espiritual dado con la Palabra y el Espíritu actuando en nosotros, acuérdate hermano que nos está transformando a la imagen y semejanza del Señor Jesús, quién nos está haciendo esto, la Palabra con el Espíritu Santo. La Palabra y el Espíritu vivifica, y debemos mantenernos sujetos a los dos, si no, hay muerte y caos; la misma vida en la Palabra debe gobernar nuestras vidas y actuar en ella, porque la Palabra nos engendró y debe de dar vida y poder nosotros crecer en la multisabiduría de Dios.
Todo es un asunto de vida, de la vida nace la iglesia, la doctrina y todo lo demás; no podemos actuar como si fuéramos iglesia si no nacemos de nuevo y está la vida y la Palabra actuando con el Espíritu en nosotros; el hombre a cambiado el orden, está en la iglesia y no está la vida, habla de doctrina y no está la vida, si no está la vida no está Jesús, no hay vida hermanos.
Cuando desechamos la Palabra o la cambiamos, estaremos como el Rey Joaquín que desecho la palabra y fue deportado a babilonia, Dios se apartó de él, porque desechó la vida de su Hijo amado; esto está pasando en nuestro tiempo, algunos hombre han desechado la efectividad de la Palabra de Dios y tenemos iglesias babilónicas, la vida no está allí. Nosotros los creyentes pasaremos de ser libres en Cristo a ser esclavos y muertos sin la Palabra; es por esto que hay muchas Iglesias donde hay muchas personas dormidas o muertas, porque desecharon la Palabra de Dios. Es un sistema religioso, puede estar en orden y limpio, pero vacío, porque no está la Palabra y el Espíritu Santo actuando, ya no es iglesia y no es propósito de Dios, porque su Hijo no está allí. Si queremos vencer y estar en la vida y tener vida con Jesús, debemos de ser hombre y mujeres obedientes y estar sujeto al Señorío de Cristo, para poder hacer la voluntad del Padre.