“Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó la casa donde estaban sentados, y se le aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.
Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen”. Hechos 2:2-4.
Debemos de entender que la Iglesia y nosotros debemos de ser hombres espirituales y estar bajo el Señorío de Cristo, es decir, sujetos a la Palabra y al Espíritu Santo; debemos de llegar a nacer de nuevo, para poder ser una vasija donde Dios nos llene con su gloria.
El ejemplo de esto lo podemos encontrar en las enseñanzas de Cristo como hombre (siendo Dios) dijo “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo:¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciera de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”. San Juan 3:2-6.
El Señor lo explico muy bien, hay que nacer de nuevo para poder ser instrumento o vasija de honra de Dios, él está buscando esas vasijas para derramar su poder y conocimiento para que nosotros prediquemos la verdad y poder Dios encontrar otros vasos donde el pueda estar; pero debemos de nacer de nuevo, la sangre del cordero nos tiene que limpiar y debe de venir a morar el espíritu en nosotros. Mi YO debe de morir en la cruz, y debo de resucitar con Cristo Jesús, no hay otra forma.
Debemos de alcanzar el desarrollo espiritual que Dios desea, que estemos unánimes en la fe y podamos estar a la plenitud de Cristo como hombre, a un varón perfecto; es decir, a la imagen y semejanza de Jesús, bajo el Señorío del Padre, haciendo su voluntad. Para esto fue creada la Iglesia por él, para que su gloria, él llenará la casa. La iglesia o nosotros somos casa de Dios o la vasija donde él llena con su presencia; debemos de ser esos hombres celestiales, y la iglesia también.
Estudiando la Palabra de Dios, encontramos los mismos objetivos de Dios, tanto en los llamados de muchos hombres y en la llenura de sus vasijas, para ser levantados como vasos o instrumentos de honra para predicar la palabra al pueblo de Israel, como a los gentiles, la Iglesia de Cristo.
Observamos que Adán y Eva fueron creados perfectos, su espíritu estaba vivo, es decir, eran un hombre y mujer con vida eterna y era hombre celestial; donde Dios le enseñaba directamente todas las cosas, eran vasijas llenas de su conocimiento y de la vida, de la verdad; hasta que desobedecieron la orden (a la Palabra de Dios) “mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”. Génesis 2:17. Podemos asumir que Adán y su mujer desobedecieron a Dios, no alcanzaron primeramente la unidad de la fe, y tampoco alcanzaron a ser un varón perfecto es decir a la imagen de Cristo; por estos fueron expulsados del Edén, su espíritu murió y se convirtieron en hombres almaticos, sus deseos y pasiones controlan su ser; se convirtieron en vasos de deshonra para Dios.
El otro personaje que podemos asumir como instrumento o vaso de Dios fue Noé, y “Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación” Gén. 7:1; fue un vaso de honra para Dios, fue obediente a su Palabra y por eso “ Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificaos y multiplicaos, y llenad la tierra” Gén. 9:1; no solo de personas, sino de su conocimiento. Dios esta buscando vaso que sean obedientes y que hagan su voluntad, no la nuestra; para que el conocimiento de su hijo amado sea predicado en el mundo.
Este es el caso del llamado que Dios le hizo a “Abram:Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré”: Gén. 12:1. Y conocemos la historia de Abraham, que le fue contado por Justicia y por fe; Abraham fue una vasija de honra y obediente a todo al Señor; fue un prototipo de Cristo; pero debemos de asumir que si alcanzo la unidad de la fe y fue transformado a un varón perfecto, a Cristo.
Tenemos el caso de Jacob en Bet-el, cuando él “Soñó y he aquí una escalera que estaba apoyada en la tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendía por ella”. Gén.28:12; y Dios le habla sobre las promesas que le había hecho a sus antepasados, pero lo estaba llamando para bendecirlo, es decir, para llenarlo de su conocimiento; lo estaba llamando para que fuera un instrumento de honra y utilidad para su pueblo. Dios te esta haciendo ese mismo llamado ahora Iglesia. Porque le dijo “porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho. Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, puerta del cielo” Gén.28:15b-17. Jacob estaba viendo la casa de Dios, pero Dios lo esta llamando para un su propósito y está mostrando quién es él, su Dios.
El otro caso que podemos hablar es el de José, el cual después de ser trillados por Dios (el alfarero hace el vaso como el desea y necesita); el Señor lo proceso y limpio hasta que José asumiera el papel y responsabilidad que Dios le daba. “Y dijo Faraón a José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo interprete; mas he oído decir de ti, que oyes sueños para interpretarlos. Respondió José a Faraón, diciendo: No está en mí; Dios será el que de respuestas propicia a Faraón” Gén. 41:14-16. Observamos que José después que Dios lo preparó lo coloca al frente de un reino; después de que José dio el significado a Faraón para salvar del hambre no solo a Egipto sino al pueblo de Israel y a toda la tierra; José logró alcanzar la unidad de la fe, y ser transformado a un varón perfecto delante de Dios, Jehová estaba viendo en José a su hijo amado Jesucristo, fue un vaso valioso de Dios en su tratamiento con su pueblo y con el resto de los hombres.
Estamos observando que en diferentes tiempos de la historia del AT, Dios está llamando a vasos que le sirvan de instrumento para lograr llegar a los hombre, y que se conozca el conocimiento de Dios, a través de su hijo amado Jesucristo; así tenemos el llamado de Moisés “Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.(…) lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo:¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí”. Éx. 3:2 y 5. Dios lo estaba llamando en medio de su proceso en el desierto para que “Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.” Éx. 3:10. Dios lo llamó para que condujera a su pueblo fuera de Egipto y lo llevará a la tierra prometida; pero la palabra nos enseña que Moisés le coloco tantas excusas a Dios para no ir; pero fue y cumplió la tarea que el Señor le encomendó; Iglesia Dios te esta llamando para que hablas de Jesucristo, Moisés si alcanzo ser un varón perfecto delante de Dios, fue una vasija donde Dios vio en Moisés a su hijo Jesucristo. ¿Iglesia Dios está viendo en ti a su hijo amado? Esta es la pregunta que debemos de hacernos, si hemos alcanzado la unidad de la fe y somos varones perfectos o vamos en camino a la perfección delante de Dios; es decir, somos vasos de honra y estamos bajo el Señorío de Cristo, haciendo la voluntad del Padre?
Pero Dios le dijo a Moisés y Aarón “He aquí yo envió mi ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él” Éx.23:20-21. Miremos Iglesia, las recomendaciones de Dios para con todos nosotros, debemos de sujetarnos a la Palabra y al Espíritu, sujetarnos como vasos a el Padre; pero debemos de oír y y ver para poder hacer su voluntad; nosotros Iglesia, Pastores, lideres no podemos actuar aparte de Dios, no debemos romper la unidad que tenemos con el Señor; debemos de hacer la voluntad de él. Y debemos de cuidar de como andamos, debemos de ser hombre y mujeres santos y obedientes a Dios. ¿Iglesia, este es tu ejemplo, está la vida, esta la luz, se predica la verdad, está el Testimonio de Jesús?. Significa Iglesia, que nosotros no estamos solos ni huérfanos, el Señor Jesucristo debe de estar en cada uno de nosotros, el Espíritu Santo debe ser derramado en nosotros los cuales somos los vasos; y para eso repetimos debemos de nacer de nuevo; la vasija no puede estar sucia y mucho menos rotas; Dios no está allí; por eso debemos de pasar por el desierto y ser conformados como él quiere, es decir con el propósitos de hemos sido llamados, según el ministerio, seremos formados. Hay muchos imitadores y mentirosos en la actualidad, esa Iglesia no es la que el Señor quiere y él no esta allí; por eso debemos de ser llenos con su Santo Espíritu, para que la verdad este en nosotros, y podamos ser guiado por el Espíritu, sino la palabra va hueca, muerta; Dios no quiere hombres seculares o carnales, quiere hombres y mujeres espirituales.
Para todo y en todo lo que hagamos debe estar el Señor Jesús, “Y dijo Moisés a los hijos de Israel: Mirad, Jehová ha nombrado a Bezalael hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo ha llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte, para proyectar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, y en la talla de piedras de engaste, y en obra de madera, para trabajar en toda labor ingeniosa”.Éx.35:1-33 y el definitiva, “Así, pues, Bezaleel y Aholiab, y todo hombre sabio de corazón a quien Jehová dio sabiduría e inteligencia para saber hacer toda la obra del servicio del santuario, harán todas las cosas que ha mandado”Éx.36:1; estamos viendo el orden y propósito de Dios para todo lo que se haga en la Iglesia para él; debemos de pedir a Dios los talentos que necesitamos para poder ejercer el ministerio que Dios no está llamando a cumplir; debemos de saber que somos sus vasos para que prediquemos la verdad y el conocimiento de Dios a través de su hijo amado Jesucristo, Dios va a ver en mi y en ti Iglesia, si su hijo está, si no está perdemos el propósito de Dios y seremos vasos de deshonra; que en esta iglesia de hoy hay muchos de estos y Cristo no esta.
Observamos en el libro de Éxodo 40:34-38 “Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba. Y cuando la nube se alzaba del tabernáculo, los hijos de Israel se movían en todas sus jornadas; pero si la nube no se alzaba, no se movían hasta el día en que ella se alzaba. Porque la nube de Jehová estaba de día sobre el tabernáculo, y el fuego estaba de noche sobre él a vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas”. Estaba el Señor Jesucristo guiando a su pueblo Israel por el desierto, pero debemos de aprender Iglesia que esa nube y fuego debe de estar en el altar de nuestras congregaciones y en cada uno de los miembros de esa iglesia; el Espíritu Santo debe de estarnos guiando a hacer la voluntad de Dios, y debe de estarnos guiando a predicar a los que no conocen de Cristo, porque Dios quiere llenar a más vasos de su presencia y de la vida; debemos de estar sujetos al Señorío de Cristo, para que se haga la voluntad del Padre y se pueda ver las maravillas de Dios, las señales, para que el hombre crea; no para que nosotros seamos el centro del altar, repito lo que todos estos hombre de la Biblia dijeron – no soy yo, es Dios- el que lo hace todo.
Esa misma manifestación de la gloria de Dios, la observamos con el llamado de Ezequiel 43:4-5 “Y la gloria de Jehová entro en la casa por la vía de la puerta que daba al oriente. Y me alzó el Espíritu y me llevó al atrio interior; y he aquí que la gloria de Jehová llenó la casa”; podemos ir entendiendo que, aparte de buscar Dios vasijas que sean llenas con su Espíritu, podemos asumir también que en el pensamiento de Dios y en su corazón, estuvo crear la Iglesia para que su hijo amado la llenara con su conocimiento, sabiduría y su amor; para que la vida estuviese allí, la luz y la verdad.
Le recomendamos que puedan estudiar el llamado de Gedeón en Jueces; el llamado de Saúl; David; Salomón; y todos los Profetas hasta la venida del Señor Jesucristo, el cual hablo del Consolador para que no estuviésemos solos por un lado, para que nos guiará, nos enseñará y podamos transitar por el camino.
Pero antes de finalizar, debo mencionar lo que le dice Pablo a Timoteo “Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles” 2ª Timoteo 2:20; debemos de preguntarnos Iglesia que tipo de vaso somos cada uno de nosotros, pero también debemos preguntarnos si somos para honra o viles; es decir, estamos haciendo la voluntad de Dios. El Padre verá en cada uno de nosotros si está su hijo amado Jesucristo, sino el propósito para el que fuimos llamado se pierde, y si no somos propósito ya no seremos instrumento.
Y por último Iglesia, debemos de preguntarnos si hemos alcanzado la unidad de la fe y si somos un varón perfecto o en vía a la perfección, delante de Dios.
Que Dios les Bendiga.