«Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro»
Romanos 8:38-39.
Por encima de la nube
Contra mi, en este mundo,
Ladrierre (traducción del francés)
si la tempestad en furor
infla sus olas y ruge,
¿turbara ella mi corazón?
no, yo no temo;
Jesús esta conmigo,
y su presencia santa
aleja todo temor.
¿La vida es sombría
algunas veces a mis ojos?
tu disipas toda sombra,
!oh Salvador glorioso¡
por encima de la nube
puedo ver tu esplendor;
tu mirada me anima,
me colma de felicidad.
Si siento mi debilidad
en medio del peligro,
¿No estoy sin cesar
en tus brazos, buen pastor?
de tu amor fiel
¿Quien me separara?
abrigado bajo tu ala,
nada me asustara
Comentario personal de MMI «Piedras Vivas»
Ciertamente al termino de esta reflexión con la que comienza este trabajo hermoso de meditaciones cotidianas de la biblia, de La Buena Semilla del año 2020; no nos queda mas que contemplar la inmensidad de su amor, la profundidad de su poder, la inconmensurable grandeza de su piedad y misericordia con la cual nos sostiene y nos sigue manteniendo en pie y poderosamente en su vida y no en la nuestra, pues es su vida la que nos da para continuar con sus propósitos en cada no de nosotros y no es nuestros propósitos.
Nada, nada nos podrá separar del amor imperturbable, inconmensurable, profundo y glorioso de nuestro amado Dios y Salvador, Jesús; solo un alma desagradecida, desconfiada, incrédula y terriblemente vacía, puede ser seducida al termino de querer separarse por si misma de nuestro salvador.
Te debemos oh Jesús, toda la alabanza, la adoración, el honor y loor por los siglos de los siglos. Amen. Laura de Fernandez