PROVERBIO 31:10-31.
Observamos que muchas de las personas mayores, no le damos el reconocimiento, y no la apreciamos y amamos como debe ser. Estamos hablando de nuestros apreciados y amados Padres, Abuelos que han alcanzado la vejez, y los metemos en un Asilo; son Mujeres y Hombres virtuosos que merecen nuestro respeto y admiración por todo lo que han hechos e influidos en nuestras vidas; es como enseña Dios, son doblemente dignos de respeto y admiración.
El Señor reconoce sus aportes en la formación de nuestros valores cristianos, y que vuelvo a decir son virtuosos; podemos confiar de corazón en ellos.
Han dado lo mejor de sus vidas para enseñarnos, educarnos y se han esforzados para asegurarnos un futuros para nosotros, y muchas veces se han olvidados de ellos mismos. Nos han pagado por bien y no por mal, nunca han atentado contra nosotros como Padres, se han preocupado, esforzados para darnos el alimento y abrigo diario durante nuestro crecimiento, han ido a buscar lo que hemos necesitado o pedido con muchos esfuerzo del trabajo de sus manos -recuerdo el rostro de mi abuela cosiendo en su máquina para ayudar con los gastos de la casa-.
Se levanta aún de noche y da de comer a su familia, al criado y al vecino, ayuda también, no oímos un no, siempre han estado pendiente del cuidado de los hijos. Se ve en nuestros abuelos el rostro del conocimiento y sabiduría de la vida, resolviendo los problemas más urgentes en nuestros hogares; y preocupados en dejar el futuro de nosotros arreglado, dejarnos la casa y algún dinero para que podamos ir a la Universidad a estudiar una carrera, estos son nuestro mayores, nuestros padre y abuelos; que tienen la habilidad y el amor para hacer el bien. Se ciñeron sus lomos, durante su juventud para trabajar en cualquiera ocupación que sirviera para levantar cada uno de sus hogares, trabajaron muchas veces para nosotros, y su experiencia nos a permitido transmitirnos sabiduría y conocimientos a cada uno de nosotros. No les han importado las dificultades y tribulaciones que se han presentados en cada una de las etapas de sus vidas, ellos siempre han estado a nuestro lado sin importarle a veces sus propias vidas.
Muchas veces son más reconocidos por otras personas o por sus vecinos -que por nosotros sus propios hijos o familiares-, los aportes que han dejado huellas y testimonio de su trabajo o sabiduría en nuestras comunidades, e incluso, han solucionados problemas a la comunidad; son recordado por ellos con cariños, tantos sus amigos como conocidos y vecinos, se han ganado la admiración y respetos de todos.
Muchas veces aún hoy en día observamos a nuestros viejos, aportando en la solución de los problemas presentes en nuestros propios hijos, muchos de ellos hacen de padres, cuando estamos trabajando o enfermos. Es por esto que Dios no se a olvidado de ellos, está el Señor Jesucristo honrarles por su dedicación y esfuerzo en educarnos en lo mejor de la vida, y para ellos también esta el Plan de Dios, la salvación de su alma y la vida eterna; Dios no se ha olvidado de ellos, les reconoce todo lo que han hechos por nosotros; y que importantes es llegar a la vejez y darle a ellos todo ese amor que durante toda la vida nos dieron a nosotros. Dios en su infinita misericordia y amor nos recuerda a cada uno de nosotros, que seremos algún día como ellos; llegaremos a la vejez. Pero seremos dignos como nuestros viejos, o nuestros hijos se ocuparan de nosotros cuando lleguemos a esta hermosa edad; o harán lo mismo que otros, buscar un lugar para que vivan aparte de nosotros. Que digno son nuestros viejos, que con su edad y constancia, todavía nos ayudan en nuestros problemas, atendiendo y aconsejando a nuestros hijos. Verdaderamente son ancianos con virtud y llenos de misericordia, amor y sabiduría; debemos de recordar que algún día seremos como ellos.
No lo abandonemos en un asilo, ellos te necesitan en sus últimos día de sus vidas. La Vejez es una Virtud y no un problemas. Dios le siga Bendiciendo. Amén. EJFS